En el tiempo de la adolecencia como todo jóven sexualmente activo, siempre buscaba la forma de tener tantas relaciones como se pudiera y a su vez de visitar diferentes tipos de moteles y cabañas.
Recuerdo que visite todas las Cabañas de San Isidro, desde las más viejas como Andromeda y la CDE, como hastas las últimas en ese momento como Obsesión y la Oficina.
También visite la parte de manrensa como Costa Azul, la Tia Tania y Ok, hasta las de manoguayabo las visite también.
En las partes de los moteles no habia visitado tantisimos, pero tenía un par de visitas en algunos de ellos.
Un día un amigo y yo tocabamos el tema sobre el cual les cuento y el me dijo que si yo no habia visitado el “Montro Verde” yo no estaba en nada, que si yo queria ser un hombre de verdad tenia que ir y depúes decirle como me fue.
Unos días despues estaba con una chica y decidi vivir la experiencia, hice todo lo que el me dijo, me dirigi por la entrada de la Av. Duarte, que entrara por la cafeteria, luego pasara por un Restaurante familiar muy bonito y acogedor, en la parte final donde la oscuridad se apodera del pasillo y me sentara cerca de una puerta rosada, pidiera viarias cervezas y esperara un rato, dentro de la parte oscura se podría ver personas entrar y salir, jóvenes y adultos algunos con libros, quizás le habian dicho a sus padres que se dirigian a la biblioteca o algún centro de enseñanza.
Luego de un tiempo de tomar cervezas me decidí a entrar por la puerta por donde s habia visto salir y entrar a tantas personas. Entramos, habia una escalera que te llevaba a un segundo nivel en el cual se encontraba un complejo de habitaciones diseñadas para satisfascer el placer, caminamos un pasillo largo donde la mayoria de la puertas de las habitaciones estaban cerradas y las que estaban abiertas tenia un personal de limpieza voltiando algunos colchones y limpiando lo que otros habian ensuciado.
A los segundos de caminar el pasillo se me acerca un caballero con acento oriental y me pregunta ¿Cómo la quiele con aile o con abanico?, a lo cual yo le respondi con aire, por supuesto!.
Camine varios pisos más arriba creo que eran Cinco (5) plantas y entre un aréa abierta donde las habitaciones se convertian en pequeñas cabañas, entramos y disfrutamos uno del otro como dos (2) locos apasionados.
Visite varias veces más el Gran Montro Verde, era un sitio céntrico y muy económico y como el fin era la satisfación del placer que importa el lugar.
Recuerdo como el caballero de aspecto oriental me preguntaba ¿Cómo la quiele con aile o con abanico?, tambien recuerdo que cuando tenia dinero le decia con Aire, claro!, cuando tenia poco dinero y el me preguntaba: ¿Cómo la quiele con aile o con abanico?, yo le decia con abanico, y cuando estaba roto y me preguntaba ¿Cómo la quiele con aile o con abanico?, le decia damela sin na’ chino, que es a sudar que vamos.
Eran grandes tiempos aquellos, no he vuelto a visitar el Escocia, quizás sea prueba superada, pero no puedo negar que fue una gran experiencia.
caraballo
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